Centro clandestino de detención (Argentina)

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Homenaje a los desaparecidos, escultura ubicada donde estuvo el CCD Club Atlético, Paseo Colón 1200, Buenos Aires.
La ESMA, uno de los centros clandestinos de detención más conocidos.

Los centros clandestinos de detención (CCD) fueron instalaciones secretas empleadas por las fuerzas armadas y de seguridad para ejecutar el plan sistemático de desaparición de personas implementado por la dictadura militar que ocupó el poder en la Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.

Las Fuerzas Armadas clasificaban los CCD en dos tipos:[1]

  • Lugar Definitivo (LD): tenían una organización más estable y estaban preparados para alojar, torturar y asesinar a grandes cantidades de detenidos.
  • Lugar Transitorio (LT): tenían una infraestructura precaria y estaban destinados a funcionar como un primer lugar de alojamiento de los detenidos-desaparecidos.

El plan del gobierno de facto, que ejerció el poder en Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, formaba parte de las operaciones de contrainsurgencia clandestinas comenzadas pocos años antes, en el marco del Operativo Independencia, para eliminar la disidencia política. Operativos similares se llevaron a cabo en otros países de la región, con el apoyo expreso del gobierno de los Estados Unidos, interesado en promover a toda costa el control del comunismo y otras corrientes ideológicas opuestas a su bando en la guerra fría.

Panorama general[editar]

Los primeros CCD fueron instalados en 1975, antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976. En ese año ya estaban en funcionamiento La Escuelita en Faimallá (Tucumán) y El Campito (en Campo de Mayo, provincia de Buenos Aires). También en 1975 funcionó un CCD en la planta de la empresa Acindar en Villa Constitución, presidida por José Alfredo Martínez de Hoz, como parte de la estructura represiva organizada para contener la huelga declarada por el sindicato UOM en mayo de ese año.

En 1976 llegaron a existir 610 CCD, pero muchos de ellos fueron temporales y circunstanciales. Luego de los primeros meses posteriores al golpe de estado, la cifra se estabiliza en 364 CCD. En 1977 la cantidad se reduce a 60. En 1978 hay 45 CC, y para 1979 los centros llegan a 7. En 1980 quedaban dos: la ESMA y el Campito (Campo de Mayo). En 1982 y 1983 la ESMA era el único campo de concentración que seguía siendo utilizado.[2]

En Buenos Aires hubo 60 centros, en la provincia de Córdoba 59 y en Santa Fe 22. Cinco grandes centros fueron el eje de todo el sistema: la ESMA y Club Atlético en la Ciudad de Buenos Aires; El Campito (Campo de Mayo) y El Vesubio en el Gran Buenos Aires (Provincia de Buenos Aires); y Perla en Córdoba.

A pesar de sus diferencias, los CCD fueron organizados con una estructura y un régimen de funcionamiento similar. Todos los CCD contaban con una o más salas de torturas, amplios espacios para mantener a los desaparecidos siempre en condiciones de gran precariedad, y un centro de viviendas para los torturadores y guardias. Casi todos tenían algún tipo de servicio médico. En algunos casos hubo servicios religiosos permanentes para el personal militar.

Los Grupos de Tareas (GT, también conocidos como "patotas") estaban encargados de realizar los secuestros, generalmente de noche. Inmediatamente los detenidos-desaparecidos eran llevados al CCD correspondiente, donde permanecían constantemente encapuchados y esposados. Inmediatamente eran severamente torturados e interrogados por los mismos integrantes de los GT. El tiempo de este período inicial de tortura variaba considerablemente, pero en términos generales puede decirse que oscilaba entre uno y dos meses. Con posterioridad a ese período inicial de tortura-interrogatorio, se disponía:

  • el asesinato del detenido-desaparecido o detenida-desaparecida. En todos los CCD se utilizó el mismo eufemismo para referirse al asesinato del detenido-desaparecido: "el traslado". Los métodos utilizados para el asesinato y desaparición de los cadáveres variaron desde los llamados vuelos de la muerte, los fusilamientos en masa, fosas comunes, tumbas NN, incineración de cadáveres, etc.
  • el blanqueo: se legalizaba al detenido-desaparecido y se lo ponía a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. A partir de 1980, de esta situación, podía derivar la deportación y el exilio, por el uso de la opción constitucional (Art. 23), o el enjuiciamiento por tribunales militares y la condena a prisión.
  • la libertad.
  • la continuidad como detenido-desaparecido, por razones variadas (utilización como esclavos, colaboradores, rehenes, etc.).

Durante su permanencia en el CCD se procedía sistemáticamente a la deshumanización de los detenidos-desaparecidos mediante diversos procedimientos: sustitución del nombre por un número, violaciones, animalización, humillación, hacinamiento, condiciones intolerables de alojamiento, aislamiento, desnudez forzada, racismo, antisemitismo, homofobia, etc.

También existió una política y un procedimiento común para las detenidas-desaparecidas que se encontraban embarazadas. En ese caso se postergaba el asesinato y se producía un parto clandestino con supresión de la identidad del bebé quien era entregado para su crianza a personas íntimamente vinculadas al sistema represivo, y en algunos casos partícipes del asesinato del padre y/o madre biológico.

El 1 de diciembre de 1977 el diario Clarín publicó una nota titulada "La ardua recuperación" en la que relata extensamente la visita de un grupo de periodistas, invitados por el Ejército, a un centro de detención que no identifica, donde entrevistaron a varias personas detenidas, que tampoco individualiza y que describe como "extremistas que se entregaron voluntariamente".[3] El artículo está acompañado de una fotografía en la que puede verse una joven mujer de espaldas sentada ante una mesa, con un epígrafe en el que dice:

Una de las detenidas, en una de las salas de lectura del establecimiento, donde cumplen la pena.[3]

Clarín nunca explicó los pormenores de la nota, ni se puso a disposición de la justicia a los fines de verificar si las personas entrevistadas eran desaparecidas, cuál era el centro de detención visitado por sus periodistas y si los militares que intervinieron pudieron haber estado cometiendo delitos de lesa humanidad. El investigador Marcelo Borrelli de la Universidad de Buenos Aires analizó la publicación y sostiene que "parecía haber sido escrita por las usinas de los servicios de la inteligencia militar". Detalla los mecanismos discursivos del periódico para elogiar el sistema de reclusión de los "extremistas" que se entregaran voluntariamente y la distinción entre "las dos juventudes", por un lado la juventud "extraviada" que tenía preocupaciones políticas y traumas afectivos de origen familiar, y por el otro la juventud apolítica, dedicada por entero a destacarse en su profesión.[4]

Ubicación de CCD en la Argentina[editar]

Ciudad de Buenos Aires[editar]

La ESMA[editar]

La ESMA.

El centro clandestino de detención más famoso y casi emblemático del Proceso fue la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Ubicado en el casino de oficiales de esa institución de la Armada Argentina, en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires (Núñez), sobre la Avenida del Libertador al 8200 (34°32′18″S 58°27′49″O / -34.53833, -58.46361), funcionó desde marzo de 1976 a noviembre de 1983.

Dependía en última instancia del almirante Eduardo Massera, y estuvo directamente a cargo del Grupo de tareas 3.3.2, dirigido por el contraalmirante Rubén Chamorro y el capitán el Tigre Acosta. Otros célebres represores que formaron parte del mismo fueron Alfredo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo, Antonio Pernías, Adolfo Scilingo, Juan Antonio Azic, Adolfo Donda, Manuel García Tallada, Jorge Luis Magnacco, Oscar Montes, Jorge Rádice, Juan Carlos Rolón, Jorge Enrique Perrén (hijo) y Ernesto Frimón Weber.

La ESMA se convirtió en la base del poder político de la Marina y en particular de Massera; fue clausurado en noviembre de 1983, luego de las elecciones en las que ganó Raúl Alfonsín y pocos días antes de que asumieran las autoridades constitucionales.

El 24 de marzo de 2004 el presidente Néstor Kirchner y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra firman un "Acuerdo entre el Estado nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para la construcción del Espacio Memoria y Derechos Humanos en el predio que quedó registrado bajo el Nº 8/04. La decisión fue anunciada en un acto masivo, en el que se abrieron las puertas de Escuela de Mecánica de la Armada.

El Olimpo[editar]

"El Olimpo" funcionó entre 1978 y 1979.

El Olimpo fue un centro clandestino de detención ubicado en el oeste de la ciudad de Buenos Aires, barrio de Vélez Sársfield. El centro tenía en la entrada un cartel que decía "Bienvenido al Olimpo de los Dioses. Los Centuriones". El centro sólo funcionó durante seis meses, de agosto de 1978 a enero de 1979, sin embargo allí fueron alojados 700 detenidos de los cuales sobrevivieron 50.[5]

Este centro clandestino dependía de Guillermo Suárez Mason (apodado el carnicero del Olimpo), comandante del I Cuerpo del Ejército Argentino. El responsable del campo fue el Mayor del Ejército Guillermo Minicucci, y de él dependían también oficiales de la Policía Federal Argentina como Julio Simón (apodado "el Turco Julián") y Juan Antonio del Cerro apodado "Colores").

El edificio era un galpón que se utilizaba como terminal de colectivos, hasta que en los comienzos del Proceso de Reorganización Nacional fue expropiado por las Fuerzas Armadas. A principios de 1978 se construyeron las celdas para alojar a los detenidos, las cuales fueron construidas por detenidos que fueron trasladados desde otros centros. Allí también se almacenaba los robos realizados durante los secuestros y tenía dos salas de tortura, con cableado eléctrico reforzado.

Con la llegada de la democracia el edificio pasó a manos de la Policía Federal Argentina, y fue convertido en un centro de verificación automotor. El predio fue declarado sitio histórico mediante la Ley 1197 de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.[6]

Actualmente es utilizado como un espacio para la memoria, y de este modo, transcurren muchas excursiones a este sitio por parte de Escuelas para recordar aquellas victimas que tuvieron un paso trágico por este Centro Clandestino. Actualmente se encuentra mayormente modificado este sitio y muchas de las celdas ya no están, pero si están sus cimientos para identificar como era la estructura.

Club Atlético[editar]

Excavación de ex Centro clandestino de detención Club Atlético, Paseo Colón 1200, Ciudad de Buenos Aires.
Mural frente al CCD Club Atlético.

El Club Atlético fue un centro clandestino de detención ubicado en el sur de la ciudad de Buenos Aires, cercano al barrio de La Boca en la Avenida Paseo Colón 1200. Recibió ese nombre por estar ubicado en las proximidades del Club Atlético Boca Juniors.

Se trataba de un edificio público que fue demolido para construir la autopista 25 de Mayo. Con posterioridad se encontraron sus ruinas y el Gobierno de Buenos Aires ha comenzado a realizar las excavaciones necesarias para recuperarlo como espacio de memoria.

Automotores Orletti[editar]

Automotores Orletti fue el nombre con el que se conoció a un centro clandestino de detención y tortura en Buenos Aires, Argentina.

Ubicado en el Barrio Floresta de Buenos Aires, el mismo funcionó durante la dictadura militar de 1976-1983. Allí, el Ejército Argentino coordinaba la represión con el Ejército Uruguayo. La Superintendencia de Policía Federal dirigía los interrogatorios.

En diciembre de 1975, el general René Otto Paladino, uno de los fundadores de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) quedó al frente del Servicio de Información del Estado (SIDE), se decidió crear una base para que la banda de Aníbal Gordon pudiera operar sin llamar la atención.

Allí fueron secuestradas y torturadas unas 300 personas, muchos de los cuales hoy permanecen desaparecidos, y otros, como el actor Luis Brandoni y su esposa Martha Bianchi, quienes sólo sufrieron por unas horas del horror en el lugar.

Orletti se transformó en el centro de operaciones regional en el marco del llamado "Plan Cóndor" y allí la banda de Gordon coordinó tareas con represores de Chile, Paraguay, Brasil, Bolivia y Uruguay. Las víctimas eran torturadas, extorsionadas, robadas y asesinadas, para quedar desaparecidas.

Actualmente se ha convertido en un museo dedicado a la memoria de los torturados y desaparecidos.

Gran Buenos Aires[editar]

El Banco[editar]

El Banco fue la denominación que recibió un CCD que funcionó entre fines de 1977 y mediados de 1978 y que estaba ubicado muy cerca del cruce de la Autopista Ricchieri y el Camino de Cintura, a pocos metros del Puente 12. El centro estaba localizado en instalaciones de la Policía Bonaerense y se habilitó cuando las obras de construcción de la autopista 25 de Mayo hicieron necesaria la demolición del Club Atlético, que estaba ubicado en el cruce de esta autopista con la Avenida Paseo Colón en la ciudad de Buenos Aires. Parte de los prisioneros del Club Atlético fueron llevados al Banco.[7]

Allí operaban represores pertenecientes a los servicios de inteligencia de la Policía Federal, a los Grupos de Tareas 1, 2, 3 y 4 y al FTE. tenía unos 50 calabozos, a los que los represores denominaban "tubos" y tres salas de tortura. Había además una "leonera" o celda colectiva.[7]

Actualmente funciona allí la XI Brigada Femenina de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.[7]

El Campito[editar]

El Campito fue el principal campo de concentración utilizado por el ejército. También era conocido como "Los Tordos". Funcionó en Campo de Mayo (Malvinas Argentinas (partido), Gran Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires), la más importantes guarnición militar de Argentina entre 1975 y 1982. Por allí pasaron unos 5.000 detenidos. Solo 43 sobrevivieron.

Campo de Mayo es una enorme área militar de 5000 ha, a 30 km del centro de la Ciudad de Buenos Aires. Ubicado cerca de las ciudades de San Miguel, Villa de Mayo y Don Torcuato, en la zona donde se cruzan la Ruta Provincial 8 y la Ruta Provincial 23 (34° 32' 09' S 58° 39' 44' W), que lo bordean. En el Hospital Militar de Campo de Mayo funcionó un sistema de partos clandestinos.

En Campo de Mayo, de marzo de 1976 a 1980 funcionaron cuatro CCD: el Campito, "La Casita" o "Las Casitas", la Prisión Militar de Encausados, y el Hospital Militar.

El centro estuvo bajo el área de mando del Comando de Institutos Militares, que en la época de su funcionamiento estuvo a cargo de los generales Santiago Omar Riveros, José Montes, Cristino Nicolaides y Reynaldo Benito Bignone. El Campito estuvo dirigido directamente por el teniente coronel Jorge Vosso, en tanto que el mayor médico Julio César Caserotto fue jefe del servicio de Maternidad del Hospital Militar.

En el Hospital Militar de Campo de Mayo ha sido detectado como uno de los centros en que se realizaban partos clandestinos de prisioneras, para proceder luego al secuestro de los niños, la supresión de su identidad y la entrega de los mismos, usualmente a matrimonios integrados por militares que no podían tener hijos. En muchos casos los "padres adoptivos" han sido partícipes de los asesinatos de los padres y madres biológicos de los niños.

Uno de los represores del "Campito", el ex sargento Víctor Ibañez, confesó y describió ampliamente sus características. Su testimonio se encuentra recogido en el libro Campo Santo, de Fernando Almirón (1999). En una parte del libro Ibáñez dice:

Cuando entré al lugar, lo primero que me golpeó fue la imagen de toda esa gente así, encerrada ahí adentro. Los colchones, tirados sobre el piso de baldosas rojas, con las cabeceras apoyadas contra las paredes. Uno al lado del otro, en una hilera que daba toda la vuelta a lo largo del galpón. Todas las ventanas estaban tapadas con mantas verdes que no dejaban entrar la luz del sol. Las lámparas estaban siempre encendidas, nunca se sabía cuándo era de día y cuándo de noche (1). Arriba de cada uno de esos colchones de lana viejos, de cotín rayado, estaban sentados los detenidos. Encapuchados, con las manos atadas por delante con una soga y en absoluto silencio.

(Almirón 1999)

A partir del establecimiento de la democracia en 1983, se han presentado proyectos para establecer allí un polo industrial, crear centros de estudios terciarios y universitarios, mantenerlo como reserva ecológica, etc.

El Vesubio[editar]

El Vesubio fue un centro clandestino de detención utilizado por el Ejército que estaba ubicado en el Gran Buenos Aires, en el Partido de La Matanza, cerca del cruce del Camino de Cintura con la Autopista Riccheri que lleva al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (Aeropuerto Internacional de Ezeiza), en un terreno del Servicio Penitenciario Federal. "Empresa El Vesubio" era el nombre clave que utilizaban para referirse al mismo las fuerzas represivas. Comenzó a funcionar en 1975 siendo utilizado por la Triple A, antes del golpe de estado, con el nombre de "La Ponderosa" y dejó de funcionar en 1978.[8] Entre desaparecidos y sobrevivientes al menos 400 personas estuvieron detenidas allí.[9] Muchos de ellos, fueron trasladados desde el "Sheraton", otro centro clandestino ubicado en el barrio de Villa Insuperable, y en el que funcionaba y funciona la dependencia policial local.[10]

Estaba en la Zona Militar Nº 1, bajo jurisdicción del I Cuerpo de Ejército al mando del General Carlos Guillermo Suárez Mason, quien visitaba periódicamente el campo, y directamente a cargo de la Central de Reunión de Inteligencia (CRI) del Regimiento 3 de La Tablada, bajo el mando del Coronel Federico Minicucci. Allí también operaban los coroneles Juan Bautista Sasiaiñ y Franco Luque. El Jefe de El Vesubio era el Mayor Pedro Alberto Durán Saenz.

El Vesubio dejó de funcionar y sus edificios demolidos en 1978 debido a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En el año 2014, en el terreno que ocupo dicho Centro se inauguró la obra "30.000 MUNDOS" en homenaje a los detenidos desaparecidos.

La Mansión Seré[editar]

La Mansión Seré, Quinta de Seré, o Atila fue un centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en una casa antigua de dos plantas, ubicada en la Calle Blas Pareras en el límite entre las localidades de Castelar e Ituzaingó, Partido de Morón, Provincia de Buenos Aires.

Entre 1977 y 1978, el lugar funcionó como centro clandestino de detención bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea con asistencia de la Policía Bonaerense de Castelar.

La película Crónica de una fuga (2006) del director de Adrián Caetano[11] recrea la historia real de la fuga desde ese centro de Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García.

El Pozo de Banfield, durante un acto por el 39º aniversario de la Noche de los Lápices.

A partir del año 2000 funciona en el lugar la Casa de la Memoria y la Vida y la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Morón.

El Pozo de Banfield[editar]

El Pozo de Banfield, originalmente concebido como una dependencia de la Brigada de Investigaciones de Banfield, se convirtió en un centro clandestino de detención que funcionó entre noviembre de 1974 y octubre de 1978. Tuvo la particularidad de empezar a actuar como tal durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, previo al golpe de Estado de 1976.[12] [13]

En 2006, tras el pedido de organizaciones sociales, el espacio fue cedido al área de Derechos Humanos provincial para construir un Museo de la Memoria.[14] [15]

Provincia de Córdoba[editar]

La Perla[editar]

León Gieco canta en La Perla el 24 de marzo de 2007, día de su recuperación para construir un espacio de memoria.

La Perla, también llamado la Universidad, fue el principal centro clandestino de detención (CCD) utilizado fuera de la zona de Buenos Aires. Por allí pasaron unos 3000 detenidos.[16]

Estaba ubicado a 12 km de la Ciudad de Córdoba, sobre la Ruta Nacional N° 20 que lleva de la ciudad capital a Carlos Paz. Las instalaciones son visibles desde la ruta, sobre la mano derecha, yendo hacia Carlos Paz, frente a la fábrica Corcemar (31° 25' 52 S 64° 17' 50 W).

La Perla fue instalado en 1975, antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 y fue desmontado en 1979.

Estaba dentro de la Zona Militar 3 bajo, a cargo del III Cuerpo de Ejército bajo el mando del general Luciano Benjamín Ménéndez, quien inspeccionaba frecuentemente el CCD; el general Sasiaiñ fue su segundo al mando y el coronel César Emilio Anadón, estuvo al mando directo de la Perla.

En el libro "Sobrevivientes de la Perla" los autores relatan:

En La Perla los prisioneros eran fusilados en los campos aledaños al centro. Hasta allí eran trasladados en un camión bautizado “Menéndez Benz”. Geuna contó: “Antes de descender del vehículo, eran maniatados. Luego se los bajaba y se les obligaba a arrodillarse delante del pozo y se los fusilaba. En los fusilamientos participaban oficiales de todas las unidades del Tercer Cuerpo, desde los subtenientes hasta los generales”.

(Contepomi 1984)

Con posterioridad a 2000, en Córdoba se tomó la decisión de crear un Museo de la Memoria, en el edificio donde funcionó el Departamento de Inteligencia D-2, de la policía local, sobre el pasaje Santa Catalina, en uno de los costados del histórico Cabildo de la ciudad de Córdoba. El D-2 no era un CCD permanente, sino el lugar de llegada de los detenidos que estaban en tránsito hacia La Perla, Campo de La Ribera o la Penitenciaría del barrio San Martín UP1.

La Ribera[editar]

La Prisión Militar de Encausados "Campo de la Ribera", se transformó en C.C.D. a partir de 1975. La investigación practicada ha permitido corroborar tal funcionamiento. "Nos enviaban a La Ribera por períodos de veinte días aproximadamente, siempre acompañados por oficiales de Gendarmería"... "Estuve allí seis veces y pude observar a unos treinta detenidos, hombres y mujeres, alojados en una cuadra. Todos los días venían miembros de Inteligencia del Batallón 141, Cuando lo hacían por la noche, generalmente traían 'paquetes', como se denominaba comúnmente a los detenidos. Cuando los llevaban a interrogar a veces nos ordenaban que los 'ablandásemos', lo cual consistía en someterlos a duros castigos en un terreno ubicado en las proximidades del río" (Testimonio del Gendarme Carlos Beltrán, Legajo N° 4213). "Existía una habitación para los interrogatorios. Alí pude ver cómo se torturó a los detenidos, sumergiéndolos en un tambor con agua. Entre los interrogadores recuerdo a 'H.B.', 'Gino', 'Vargas' y 'Fogo'. (Gendarme José María Domínguez - Legajo N° 4213) Justamente de la declaración testimonial del Tte. Cnel. Juan Carlos Lona, efectuada ante el Juzgado Federal N° 2 de Córdoba el 27 de junio de 1984, así como de otras constancias que lo corroboran, el retiro en el mes de diciembre de 1975 del personal ordinario que cumplía funciones en dicha prisión militar, significó su transformación en cárcel clandestina: "Me desempeñé entre 1971 y 1977 como Jefe de la Prisión Militar de Encausados de Córdoba. En diciembre de 1975, en cumplimiento de órdenes emanadas del Comando del III Cuerpo de Ejército, se trasladó a todo el personal a la Guarnición de La Calera. La responsabilidad directa sobre los civiles que pudieran estar alojados allí pasó al mencionado Comando". La denuncia efectuada por esta Comisión ante la Justicia sobre el caso de Amelia Gélida Inzaurralde -que fue retirada de la cárcel del Buen Pastor y trasladada a La Ribera, donde falleció a causa de las torturas- motivó el procesamiento del Gral. Juan Bautista Sasiaiñ. El Juez de la causa, Dr. Gustavo Becerra Ferrer, es elocuente en respaldo de lo expuesto, cuando dice textualmente en los considerandos de su resolución: "En consecuencia, atento al cargo que detentaba el declarante (lo cual permite tener sus dichos como una fundada y autorizada versión) resulta claro que el responsable inmediato de la Prisión Militar era el procesado Sasiaiñ, y en el orden jerárquico superior, el Comandante de Cuerpo, el General Luciano Benjamín Menéndez". (.............................................) "Que de lo determinado más arriba puede observarse claramente que el lugar de detención 'Campo de la Ribera', no era una Prisión Militar', sino un establecimiento de Detención de Civiles que conservó sin embargo, esta última denominación, que no es discutible en cuanto tal, pero sí en orden a su finalidad en tal sentido; conforme al organigrama confeccionado por Sasiaiñ a fs. 93, la responsabilidad funcional máxima correspondía al titular del área 311".

Provincia de Santa Fe[editar]

Provincia de Tucumán[editar]

Escuelita de Famaillá[editar]

A la Escuelita de Famaillá le correspondió el triste privilegio de constituirse en el iniciador de la experiencia de los campos de concentración en el país. funcionó en la Escuela Diego de Rojas, en las afueras de la ciudad de Famaillá.

En febrero de 1975, con la puesta en marcha del "Operativo Independencia", se asienta en la localidad de Famaillá un centro clandestino de detención a cuyo cargo se encontraba primeramente el general Acdel Vilas, y del que luego se haría cargo el general Antonio Domingo Bussi. Desde ese momento hasta la fecha del golpe militar del año 1976 funcionó en una escuela que se encontraba en construcción en la ciudad de Famaillá.

Zona militar 5 (sur argentino)[editar]

Entre 1975 y 1983, el sur del país quedó bajo la autoridad de la zona militar 5, y sus correspondientes subzonas y áreas, en cada una de las cuales sus jefes militares tenían completa autonomía represiva, incluyendo el mando de los centros clandestinos de detención.

La zona 5 abarcaba la actual provincia de Tierra del Fuego, las provincias de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén y el suroeste de la Provincia de Buenos Aires (Partidos de Adolfo Alsina, Guaminí, Coronél Suárez, Saavedra, Puán, Tornquist, Coronel Pringles, González Chávez, Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Villarino, Bahía Blanca, Patagones). Tenía su base de mando en Bahía Blanca.

En las zona 5 se instalaron CCDs en Bahía Blanca, Neuquén y Rawson. En el área de Bahía Blanca se instalaron varios CCDs, de los cuales los principales fueron "La Escuelita de Bahía Blanca" en el Comando del V Cuerpo de Ejército y "Baterías" en la Base Naval de Puerto Belgrano. En Neuquén se instaló "La Escuelita de Neuquén", en el entonces Batallón 181 (actual Batallón 161) del Ejército. En Rawson se instaló un CCD en el Penal de Rawson.

CCDs en el área de Bahía Blanca[editar]

La Escuelita de Bahía Blanca[editar]

"La Escuelita" fue un centro clandestino de detención ubicado en el noreste de la ciudad de Bahía Blanca, en el barrio de Villa Floresta, sobre el camino de la Carrindanga (Camino de Cintura), detrás del V Cuerpo de Ejército. Se trataba de una edificación precaria y ruinosa, de dos habitaciones, que había servido para guardar caballos militares, que fue demolida antes de la caída de la dictadura.

Alicia Mabel Partnoy, una sobreviviente, escribió un libro sobre sus padecimientos en el centro titulado precisamente La Escuelita, publicado en Estados Unidos en inglés en 1986, y publicado en español en 2006.[17] [18]

El centro estaba bajo el mando del jefe de la subzona militar 51: Acdel Vilas (1976), Abel Teodoro Catuzzi (1977-1979) y Raúl José Ortiz (1979-1983). En 2006 la justicia detuvo a "El Laucha" Corres, interrogador del centro,[19] mientras que en febrero de 2010 fueron detenidos nueve suboficiales retirados del Ejército también acusados de haber sido torturadores allí.[20]

La Escuelita de Neuquén[editar]

Estaba ubicada en el Batallón de Ingenieros de Construcción 181, a la salida de la ciudad Neuquén, por la ruta n° 22. Cuatro kilómetros antes del aeropuerto, se abre a la izquierda un camino de tierra, de aproximadamente 300 metros.

Estaba conformado por dos edificios separados por 10 metros aproximadamente. Una casa vieja servía para el alojamiento de los detenidos, con literas superpuestas en cada habitación. Las paredes estaban blanqueadas, el piso era de cemento y el techo de chapas. Entre la pared y la chapa del techo quedaba un espacio por donde corría aire. Había un hueco en el techo para torreta de vigilancia. Los detenidos que pasaron por allí eran traslados a la cárcel, vueltos a llevar para ser torturados o bien a otros penales, e incluso hubo detenidos desaparecidos que pasaron por esta unidad. En 2015 fue señalizadó ecomo "Sitio de la Memoria del Terrorismo de Estado" a través de la Dirección Nacional de Sitios de Memoria.[21]

Tenía un baño con lavatorio chico, letrina y ducha y la puerta de acceso era de color marrón con visor. El otro edificio, actualmente demolido, era un galpón de chapas, techo medio arco, puerta corrediza color rojo antióxido, piso de ladrillos. Había una comunicación peatonal con el Batallón. El acceso principal a través de una tranquera, controlada por el Puesto de Guardia 5.[22]

Bibliografía[editar]

  • Almirón, Fernando (1999). Campo Santo; testimonios del ex sargento Victor Ibáñez. Buenos Aires: Nuestra América. ISBN 987-97022-8-X (Libro completo). 
  • Andersen, Martin Edwin (2000). Dossier Secreto. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 950-07-1863-4. 
  • Butazzoni, Fernando (1986). El tigre y la nieve. Montevideo: Banda Oriental. ISBN 84-88455-48-8. 
  • Calveiro, Pilar (1998). Poder y desaparición. Los campos de concentración en Argentina. Buenos Aires: Colihue. ISBN 950-581-185-3. 
  • Timerman, Jacobo (1982). Prisionero sin nombre, celda sin número. Nueva York: Vintage Books. 
  • Cerrutti, Gabriela (1998). «Entrevista a Alfredo Astiz». Tres Puntos. Enero (-). 
  • Comisión Nacional sobre la Desaparición de las Personas (1984). Nunca Más. Buenos Aires: Eudeba. ISBN 950-23-0111-0 [1]. 
  • Contepomi, Patricia; Contepomi, Gustavo (1984). Sobrevivientes de la Perla. Buenos Aires: El Cid Editor. (Libro completo). Consultado el 10/04/2006. 
  • Presidencia de la Nación Argentina (2006). «24 de marzo: del horror a la esperanza». Amnistía Internacional denuncia a la Junta. Buenos Aires: Presidencia de la Nación. [2]. Consultada el 09/04/2006. 
  • Seoane, María (2001). El dictador. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 950-07-1955. 
  • Uriarte, Claudio (1991). Almirante Cero. Buenos Aires: Planeta. ISBN 950-742-134-3. 
  • Veiras, Nora (1998). «Había un reglamento de lucha antisubversiva, entrevista a Martín Balza». Página 12. Enero (12 de junio). [3]. Archivado desde el original|urlarchivo= requiere |url= (ayuda) el 26 de noviembre de 2015. 

Notas[editar]

  1. Informe de la CONADEP Emplazamiento de los C.C.D.
  2. Seoane, María (2001). El dictador. Buenos Aires: Sudamericana. p. 227/228. ISBN 950-07-1955. 
  3. a b «La ardua recuperación». Clarín (Buenos Aires): 4. 
  4. Borrelli, Marcelo (2013). «Por la “recuperación de los jóvenes extraviados”: el diario Clarín y la juventud durante los primeros años de la dictadura militar argentina (1976-1977)». Austral Comunicación (Buenos Aires: Universidad Austral) 2 (1): 43–78. ISSN 2313-9137. 
  5. "El Olimpo del horror", El País 1/1/2006
  6. Informe sobre el traspaso del predio al GCBA 4/10/2004
  7. a b c «El Banco». PPARG. Consultado el 24 de agosto de 2012. 
  8. CONADEP, Nunca Más, EUDEBA, 1985
  9. Ocho represores presos por El Vesubio, Página 12, 31 de marzo de 2006
  10. Biaggini Martin, "Historia de Villa Insuperable", Macedonia Ediciones, Moron, 2014.
  11. "Crónicas de una fuga"
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  22. CONADEP (Mayo de 1995). Nunca Más (20ª edición). Pág. 120: Eudeba. p. 490. ISBN 950-23-0584-1. 

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