Parque Criollo
Fundado y construido por el gobierno
de la provincia. El nombre original de este instituto
era Parque Criollo Ricardo Güiraldes y Museo
Gauchesco de la Provincia de Buenos Aires, denominación
oficial que le impuso el gobierno de la provincia
de Buenos Aires, de quien dependió desde su
fundación hasta que en la década del
´80 fue transferido a la municipalidad de San
Antonio de Areco.
Las instalaciones se levantan en
un predio de casi 90has en las afueras del pueblo pasando
el Puente Viejo. Allí se encuentra La Pulpería
"La Blanqueada".
La fundación del Parque Criollo y Museo
fue en 1936, siendo
intendente municipal de San Antonio de Areco, José
Antonio Güiraldes, hermano del escritor. Por
su iniciativa se lleva a cabo en el Consejo Deliberante,
en la Casa Municipal una Exposición Tradicional.
Sus fundamentos fueron: el deber de conservar y adoptar
los usos y costumbres de nuestros antepasados como
guía de las presentes generaciones y como ejemplo
para las venideras. Un pueblo con más de 200
años de existencia y con un acendrado amor
a lo nuestro, con sus costumbres típicamente
criollas tiene obligación y derecho a exponer
sus obras a la consideración de sus connacionales.
El día de la apertura visita la exposición
el Ingeniero José María Bustillo, amigo
del intendente municipal. Este, amante de las cosas
entrañables de su patria, coincide con el pensamiento
de sus amigos los Güiraldes, y los vecinos de
Areco, y se entrega a imaginar a creación de
un parque provincial sobre el modelo de una antigua
estancia donde pudieran recrearse la costumbres criollas
de antaño y conservarse el patrimonio tradicional
que así merezca. Por ese entonces, el gobernador
de la provincia Manuel A. Fresco, aprueba el proyecto
de su Ministro de Obras Públicas.
El Parque
Criollo con el Museo en su interior de inaugura el
16 de Octubre de 1938 con la presencia del gobernador
de la provincia. Lleva el nombre de Ricardo Güiraldes
en honor del autor de la novela "Don Segundo
Sombra", publicada en 1926. Su creador murió
en 1927 y sus restos -como los de Don Segundo- descansan
en el cementerio de nuestra ciudad. Esta institución
ofrece expresiones del pasado argentino que se vinculan
con el gaucho, sus costumbres, usos, medios de vida
y aportes a la grandeza del país en los aspectos
típicos del folklore bonaerense.
La casa del museo
Rodeada por un foso de agua, el cual se cruza por
un puente levadizo, se presenta como una fortaleza
la Casa del Museo. Así eran las estancias enclavadas
en la soledad de la pampa como avanzadas de civilización.
La casona reproduce una hacienda del siglo XVIII,
con su corredor hospitalario, las dos salientes laterales
del edificio, los techos de tejas coloniales, sus
blancos muros y sus rejas bajas. |